Tras el hackeo del site vuelvo de a poco a agarrar el ritmo del blog. Estoy un tanto vago con los posts, un poco porque me había desacostumbrado y otro tanto porque estoy con mucho trabajo todo junto. Esta foto es parte del Training Camp que por segundo año consecutivo armó la bicicletería 11 a Fondo. Un grupo de 20 ciclistas -en su mayoría que practican triathlon- participan de una clínica en la que pedalean unos 450 kilómetros en tres jornadas. Yo los acompaño en una camioneta desde la que les hago fotos y les doy apoyo técnico (creo que soy mejor con las cámaras de bicicleta que con las de fotos) y gastronómico. Los organizadores eligen la provincia de San Luis por la comodidad de sus rutas, los muy pocos vehículos con los que hay que compartir las autovías y el sensacional respeto que los automovilistas tienen para con quienes pedalean.
Etapas de montaña, algunas rectas interminables y mucho calor fueron las principales variables de este viaje en el que compartí muy buenos momentos con algunos de mis amigos triatletas y con alguna gente que no conocía pero con la que se generó una onda espectacular a poco de andar en pelotón. Los paisajes, a diferencia de lo que vimos en aquel primer Training Camp, eran de un verde intenso, mucho sol y poco viento. Para mi el trabajo no era muy complicado porque ya no se ni cuantas veces estuve colgado de camionetas fotografiando ciclistas, el resultado fueron miles de fotos que -gracias a la presencia de dos holandeses en el grupo- servirán para tentar a grupos de ciclistas extranjeros para que se den una vuelta por las sierras puntanas en sus pretemporadas. Ojalá así sea.