Tenía un poco abandonado mi blog. Estuve viajando mucho y el poco tiempo que tengo en casa lo repartí entre algunos proyectos nuevos y un poco de descanso. No encontraba la vuelta para contar una vez más una cobertura de una carrera de running. Si bien los 21K Buenos Aires son una prueba de gran importancia sudamericana las fotos me resultan todas más o menos similares como para contar historias distintas después de cada domingo que hacemos una cobertura junto con el equipo de fotógrafos que conformamos SoyFinisher!
Pero hoy es el día del fotógrafo e intenté buscarle la vuelta a todo lo que uno aprende cada día que hace fotos. Recordé entonces el momento en que tomé esta foto y la gran enseñanza que me llevé ese día del personaje que está vestido de traje con el cetro en el medio de la imagen. Su nombre es Jorge Williams y es un sastre bastante conocido en el ambiente casi extinto de los porteños que se hacen sus trajes a medida, algo que era común en la época de nuestros padres pero que cayó en desuso por culpa de la globalización y de la precarización laboral que hicieron que el trabajo de estos hombres pasara a ser caro para un trabajador medio.
Jorge apareció al final de la competencia, cuando los fotógrafos ya no sabemos con qué entretenernos esperando la llegada de los últimos. De muy buen humor se acercaba a cada grupo a hacerse fotos, cuando lo quise saludar y agradecer por la sonrisa que me había dibujado en ese momento de tedio, él me entregó su tarjeta y me pidió que la leyera, en el dorso una gran frase: «UNA SONRISA, No hay nadie tan rico que no la necesite, ni nadie tan pobre que no la pueda dar.» Sencillamente excelente, y sin más me quiero despedir.
Feliz día a mis amigos y colegas fotógrafos (tengo unas cuantas amigas fotógrafas también ahora que lo pienso y para ellas va el saludo también) y a regalar sonrisas que es gratis y en unos días arranca la primavera en esta parte del mundo.