Domingo movidito en la vida del fotógrafo freelance. Comenzó a la mañana tempranísimo. 7:30 arriba, nublado pero sin lluvias, arrancamos con el equipo de SoyFinisher a cubrir una carrera en Palermo. Por suerte se volvía a sumar Sole Figueroa, amiga de amigos que la vida hizo que nos juntáramos e hiciéramos algunos trabajos juntos.
Hasta ahí lo de casi todos los fines de semana que estoy en Buenos Aires. Muchas fotos, encontrarme con algunos de los amigos del ambiente runner y partir a la oficina a editar lo más rápido posible más de 6000 fotos que habíamos hecho entre los 4. Por suerte al taggeo de la imágenes se sumó una nueva chica. La globalización hizo que esta nueva integrante de SoyFinisher viva en Serbia y colabore desde allá con el proyecto, algo anecdótico pero que no deja de sorprenderme.
Terminamos con la edición a medias -lo dejamos colgado a Juannito con una bocha de cosas- y partimos a Punta Indio a satisfacer un pedido desesperado de Sole. Ella tenía que emular un trabajo de Marcos Zimmermann y había que encontrar ese pequeño muelle. El Di Tella se comportó como un caballero y nos llevó a toda velocidad aún por los serruchos de la ruta 11. Logramos llegar al lugar con las últimas nubes que eran más que necesarias. El cielo empezaba a abrirse y mientras Sole hacía su trabajo, yo me puse a hacer algunas tomas con mucha ISO y algunos segundos de exposición.
Una de las que más me gustó fue esta foto que comparto en este post. El cielo nublado, la preponderancia de la luz de la luna y esos tonos naranjas detrás de los árboles me cautivaron. Sin dudas Punta Indio es un lugar al que volveré.