Cuando tu trabajo está afuera de la ciudad, despertarse demasiado seguido en casa te produce un montón de sensaciones raras de explicar.
No es que uno no quiera estar en familia, la comodidad de dormir en tu cama y demás. Pero algo raro hay porque yo es como que cada tanto necesito salir. El trabajo en Buenos Aires no me disgusta, pero el campo, viajar, el conocer gente nueva, también tienen lo suyo.
Anoche recordaba esta cabalgata por Corrientes, Argentina. Tuve que bucear en un par de discos para poder encontrarla pero después de mucho chusmear, apareció.
Puse la pava, chamamé bien fuerte y por un momento mis emociones pudieron volver al litoral. Hice una selección con algunas fotos que muestran distintos momentos de este viaje de 3 días, hoy me quedo con este que muestra todo aquello que le falta a la ciudad. La magestuosidad de la soledad, lo inmenso del campo y la tropilla aprovechando la fresca del atardecer.
SAPUCAYYYYYY!