Y debutó el Ironman en Argentina, con muchos corredores por suerte, lo que seguramente haga que la fecha permanezca por varios años dentro del calendario internacional. Gran cantidad de amigos corriendo de local, los históricos, los extranjeros y una cobertura eterna que hicimos junto a Marcelo La Gattina para Triamax, en paralelo, muchos de los fotógrafos del staff de SoyFinisher hacían unas 20.000 fotos de todos los participantes.
Hoy, cansado de tanto laburo y pronto a salir a la ruta hacia casa, lo que más me da vueltas en la cabeza es ese sabor amargo de la capacidad de argentinizar todo. Teniendo un evento de nivel mundial, la improvisación y el egoismo nos desbordan.
Por eso elegí esta foto de la llegada, tengo otras, mejores, donde Matt Chrabot, el norteamericano que ganó, está solo, con una expresión más marcada y en definitiva, donde se luce mejor mi trabajo. Pero me dio tanta bronca el egoismo y la indiferencia de quienes eran la «prensa oficial» que preferí poner esta foto donde se ve ese teléfono -viejo por cierto- y donde se ve la cabeza de mi colega fotógrafa con ese flash que no se ni donde iba a rebotar, porque me taparon la mitad de las fotos, porque me obligaron a tratarlos mal después de pedirles mil veces las cosas bien y porque en definitiva, me quedó claro que lo único que nos falta para ser las mismas basuras que quienes nos gobiernan son oportunidades.
No sabemos aprovechar los privilegios, ni ponernos en el lugar del otro, ni ser comprensivos ni solidarios. Y lo digo porque alguna vez, varias porque nuestro trabajo lo abala, nos toca a nosotros ser los que podemos estar delante de la soga y nunca abusamos de eso. Ojalá sean las menos las que me encuentre con colegas tan poco colegas. Y porque haya muchos más Ironman en Argentina.