El problema de conocer mucho de la Argentina es que después se extraña. Este verano todavía no tuve ningún trabajo de varios días fuera de casa y lamentablemente tampoco fui a la patagonia en lo que va del año.
Como digo, se extraña. El aire puro, la inmensidad, la soledad y el poder contemplar la naturaleza en todo su esplendor. Pero lo último que se pierde es la esperanza. Ya se está armando algo para cuando termina la temporada alta, no hay que desesperar.
Esta foto es parte de un gran viaje por Santa Cruz que pude documentar con motivo del 30 aniversario de la guerra de Malvinas. La camioneta la conduce Alejandro Caparros, «El Capa» como se lo conoce en El Chaltén, donde es guardaparques, y su copiloto es Marcelo Moroni, alférez de A4-B de Fuerza Aérea al momento de la guerra de Malvinas. Historias de ese viaje, miles, todavía dan vueltas en mi cabeza.