Es sabido que no me gusta el frío de Buenos Aires. Disfruto de viajar a lugares helados como el invierno patagónico pero me parece una picardía vivir el invierno porteño, no lo puedo disfrutar. El abrigo, estar todo acartonado, o con los dedos helados. Hoy padecí el frío en el Autódromo de Buenos Aires para hacer una cobertura de fotos para SoyFinisher, tirado en el piso en una curva, solo pensaba en por qué no había bajado el aguayo que decora al asiento trasero del Di Tella. Y automáticamente recordé esta foto del Norte, lo cálida que es su gente y acá me tienen, llorando verano! Por suerte se viene una excursión por el Mato Grosso y luego unos 10 días en Canadá, con climas por encima de los 20º, como debe ser 🙂