Y en otra tarde más de cuarentena, ahora que el tiempo es lo que sobra y la ansiedad la variable a manejar con más prudencia, me dediqué a bajar algunas de las polaroids que decoran el living de casa, escanearlas y armar este pequeño posteo.
Estas cuatro son de unos paquetes de Polaroid Originals que compré en alguno de los viajes a Canadá y que en el invierno de 2019 tomé por Florida y Saavedra. La cámara, una Polaroid One Step, me la regaló el suegro de mi hermana en 2017, la sacamos de un depósito en el que guardaban varias cajas de mudanzas. Estaba en su embalaje original, sin abrir. Tenía un cartucho de fotos que lamentablemente estaba vencido y secos sus químicos, pero tiré unas cuantas fotos gracias a Impossible Project, un grupo de gente que cuando cerró la última fábrica de Polaroid en 2008, se organizó, recuperó las máquinas y tras varios años de investigación y desarrollo, largó al mercado nuevamente los cartuchos con película instantánea que fuera furor en los 60s y 70s. Así 200 millones de cámaras revivieron, entre ellas mi 600!
El Impossible Project permitió que se reflotara Polaroid Originals, que volvió a producir los típicos marcos blancos y después sacar series limitadas como esta, con marcos de colores, otras con animal print, camuflaje, colores random, dorados, plateados, de Disney y la lista no para porque el furor tampoco.
Ahora Originals es directamente Polaroid y todo volvió al origen. Y yo, haciéndome el Andy Warhol de Coghlan y alrededores, así me tiene la cuarentena.